Dinamitaron el Thrash Metal a base de percusión amazónica. Por eso en casa llamamos a este disco "Jevi de la Selva". Las canciones son lentas, pero contundentes como una apisonadora. En la batería parece que hubiera tres tíos ahí dándole duro. Las guitarras tienen filo de cristal roto. Y las letras dibujan un mundo violento, opresivo, apocalíptico. Hasta que llega Kaiowas, canción tocada con guitarra acústica y percusión brasileña, dedicada a la tribu del mismo nombre, amenazada por la desforestación de la selva.
Cuando pasé del Rock'n'Roll clásico a sonidos más duros, una de mis búsquedas fue hacia dónde estaba el extremo. Le pregunté a un colega Jevi que cuál era el disco más cañero que tenía. Me pasó este LP que acababa de salir ese año y me puso de punta nada mas escucharlo. Quizá de los discos que más disfruté en esa época (con permiso del Vulgar... de Pantera). Conseguirlo en vinilo era algo más que una acuciante necesidad.
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