El verdadero rey del Glam se coronó en este álbum, aunque el mundo haya tardado mucho tiempo en reconocerselo. Rock elegante, canciones suaves y muy sexys. Marc Bolan mantiene la tensión, con arte de seductor, de principio a fin.
Un disco que cautiva desde la portada, digna de enmarcarse. Patece como si ha Marc Bolan le hubiesen salido alas. Los amplis hicieron volar al guerrero eléctrico.
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