Un álbum de 200 quilates. El padre del Blues británico, ya totalmente inmerso en la cultura hippie californiana, buscó, en este 'punto de inflexión', explorar los límites del Blues. Para ello grabó este directo sin batería y sin apenas utilizar guitarra eléctrica. Flauta, bajo, guitarra acústica y la armónica de Mayall, compusieron unas canciones suaves pero de ritmo enérgico, que terminaron por encumbrar a John Mayall, que venía de encadenar éxitos con sus Bluesbreakers.
Uno de mis álbumes imprescindibles.
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