Descubrí este álbum gracias a Miguel, de la Fonoteca de la Casa de la Juventud de Alcobendas. Tenían un servicio de préstamo de cassettes grabadas de los vinilos que allí atesoraban. Yo, post-adolescente inquieto, iba todas las semanas a por material. Un día, Miguel me dijo: ¿A tí te gusta el Blues, no? Llévate esta.
- ¿Fleetwood Mac? - le contesté -
¡Pero si esos son unos jipis poperos!
- ¡Uf! Tenéis muchos prejuicios los jóvenes. Tú mismo. Haz lo que quieras.
Y me la llevé. Desde entonces es uno de mis discos preferidos de Blues. Luego me enteré de que Peter Green fundó la banda tras salir de los Bluesbreakers de John Mayall, junto con músicos de la escena bluesera británica. Y que cuando Fleetwood Mac consiguió su gran éxito, fue con otra formación y ya instalado el grupo en California. Todavía no he conseguido acercarme a esa etapa Pop del grupo. Pero disfruto cada escucha de este debut, de ásperas y sentidas interpretaciones de Blues, que suenan a viejas canciones surgidas del Sur profundo de los EE UU, aunque la mayoría eran composiciones propias hechas por blanquitos ingleses.
