El último álbum de la banda con Jim Morrison. Quizá no sea su mejor disco, pero a mi es el que más me gusta. Tiene un tono de Blues desbocado, como si la banda hubiera puesto en las canciones toda la tensión que estaban viviendo en su deteriorada relación como grupo. Riders on the Storm y L. A. Woman, temas de más de 7 minutos cada uno, tienen el poder de generar imagenes alucinatorias si se escuchan con los ojos cerrados.
Otro vinilo que ya no está en mi colección. Lo adquirí por su precio rebajado. Pues tenía el recopilatorio con lo mejor del grupo y un par de CDs ( Morrison Hotel y Soft Parade). No tenía intención de hacerme con más. Pero claro. Al ser mi álbum favorito de la banda y tal, lo compré. Sonaba perfecto, aunque la portada estaba marcada por una pegatina mal retirada. Mucho tiempo después, vi a buen precio la reedición de Rhino, con la portada de esquinas redondeadas y la ventana con transparencia en portada y el interior con ese dibujo de Cristo... Mi voracidad no se pudo resistir. Y mi antigua copia ochentera voló hacia una compradora wallapopera poco después.
Lo que si conservo es la cassette original que comenté en la entrada del Sabbath Bloody Sabbath. Con ella descubrí a este grupo y con ella me enamoré de su música. Para siempre.
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