lunes, 6 de mayo de 2019

Aquellos vinilos ultrafinos



¿Quién no tiene uno de esos delgadisímos vinilos ochenteros? Es curiosa la historia de cómo la industria discográfica llegó a producirlos, ahora que vivimos en la época de las gruesas ediciones de 180 gramos. Todos recordamos aquella crisis económica de los años '70, llamada popularmente de los "vinildólares". La llegada al temido "pico del vinilo" en la extracción de la materia prima, anunciaba un descenso en la producción del "oro negro". La industria discográfica se preparaba para una traumática transformación debido a la cada vez más acuciante escasez vinílica. Desde inicios de la década de los '80, el grosor de los discos se fue reduciendo progresivamente, hasta llegar a esa tecnología avanzada que se denominó UltraThin Vinyl. Su implantación ocasionó un maremoto social de opiniones irreconciliables. Los coleccionistas se negaban a comprar esos vinilos por considerarlos faltos de encanto. Desde las factorías se alertaba de que no había materia prima suficiente para tantas ediciones musicales siendo esta la única opción para publicar lo que producían los estudios de grabación. Los melómanos rechazaron de plano el formato aludiendo a que el adelgazamiento del grosor del disco ocasionaba un sonido desvirtuado. No faltaron bandas que se unieron a la causa Save the Fatty Vinyl, una ONG que organizó importantes festivales para recaudar fondos destinados a la búsqueda de nuevos yacimientos vinilíferos. Mientras que desde el entorno más underground se acusaba a dicha ONG de servilismo capitalista y se preconizaba la cinta de cassette como la alternativa a la mercantilizacióm de la música,  resultando más barata y funcional.
Toda esta crisis acabo a finales de la década, como es bien sabido. El desarrollo de una nueva tecnología, que utilizaba materiales abundantes como el aluminio, copó el mercado musical. El disco compacto sustituyó al vinilo durante lustros, pero esa es otra historia.
El hallazgo de nuevos yacimientos de vinilo, posibilitó hace  pocos años el resurgimiento del viejo formato LP y la reconciliación con el público consumidor de música enlatada. Para ello, la industria estandarizó el formato de vinilo de 180 gramos como reclamo para repescar a todos aquellos melómanos decepcionados años atrás con el UltraThin Vinyl. A la vista está el buen resultado de ventas. Aunque muchos coleccionistas, de espíritu romántico, valoran y buscan esos denostados vinilos ultrafinos, atribuyéndoles un sonido encantador e inigualable. ¿Será capaz la industria de resucitar el UltraThin Vinyl? Resulta arriesgado predecirlo, pero quizás  se planchen pequeñas tiradas para cubrir esa nueva demanda.

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