Tendiendo puentes entre el Jazz de la Costa Oeste y el de la Costa Este, Chet Baker se presentó en Nueva York para grabar este LP para el sello Riverside. Resultó una sesión de melodías dulces y solos feroces. Contaba con un acompañamiento de lujo: los músicos que solían acompañar a Miles Davis o Thelonious Monk en esa época.
Perfecto para una tarde de domingo.
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